El café es una bebida amada por muchos e incomprendida por otros, pero que sin duda no pasa desapercibida. En 2020 y 2021 se consumieron alrededor de 166,63 millones de sacos de café de 60 kg en todo el mundo. Esto lo convierte en una de las bebidas más consumidas.

Para asegurar su posición en el mercado, se ha buscado por años evidenciar sus múltiples beneficios para la salud. No son pocos los estudios epidemiológicos que abogan por su consumo para la prevención de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y mortalidad.

Ahora, según una nueva investigación de la Universidad de Bolonia, los bebedores regulares de café autoinformados tienen una presión arterial aórtica y periférica significativamente más baja que los no bebedores de café.

Efectos contrarios

Un metanálisis previo que incluyó a más de 12 millones de participantes y registró 36 352 casos de enfermedades cardiovasculares, concluyó que había una asociación no lineal entre el consumo de café a largo plazo y los eventos cardiovasculares.

En los círculos académicos aún se discute el efecto del café sobre la presión arterial, pues se conoce claramente su impacto. Los científicos saben que la cafeína aumenta la presión arterial al interactuar con los receptores de adenosina en los vasos arteriales e influir de forma aguda los niveles plasmáticos de catecolaminas.

Sin embargo, el café, un grano con muchos componentes químicos, y sus antioxidantes, como los ácidos clorogénicos, podrían contrarrestar los efectos de la cafeína. Estos causan vasodilatación, reducen los niveles de especies reactivas de oxígeno, y juegan un papel importante en la regulación del tono vascular.

«La cafeína es solo uno de los varios componentes del café y ciertamente no es el único con un papel activo», dice el profesor Arrigo Cicero de la Universidad de Bolonia, primer autor del estudio. “De hecho, se han registrado efectos positivos en la salud humana incluso entre aquellos que consumen café descafeinado”.

«Sabemos que la cafeína puede aumentar la presión arterial, pero otros componentes bioactivos del café parecen contrarrestar este efecto con un resultado final positivo en los niveles de presión arterial«, añade.

Reducción de la presión arterial

Por ello, Cicero y sus colegas decidieron emprender una investigación con los datos de los participantes (720 hombres y 783 mujeres) del Estudio Brisighella Heart en Italia. Así compararon los niveles de presión arterial y los hábitos de consumo de café, junto con una variedad de otros datos clínicos, para cada individuo seleccionado.

“Los resultados son muy claros: la presión arterial periférica fue significativamente más baja en las personas que consumían de una a tres tazas de café al día, en comparación con las que no bebían café”, indicó el profesor Cicero.

De esta forma lograron confirmar esos efectos con respecto a la presión aórtica central, que está cerca del corazón. Ahí observaron un fenómeno casi idéntico con valores bastante similares para los bebedores habituales de café. Tanto la presión sistólica como la del pulso mostraron valores bajos, al igual que la circulación periférica y la presión aórtica central.

“Todos los resultados confirman los efectos positivos del café para mitigar el riesgo de enfermedades cardiovasculares”, concluyen los autores en su artículo publicado en Nutrients.