La extraña desaparición del cromosoma Y en una especie de roedor

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La extraña desaparición del cromosoma Y en una especie de roedor

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Los cromosomas que determinan el sexo en los mamíferos no han variado en 180 millones de años; estos son X e Y.  Sorprendentemente, un estudio revela que el cromosoma masculino del ratón de la pradera es en realidad un cromosoma X con fragmentos de un Y ancestral. ¿Evidencia de una batalla evolutiva por el dominio de los cromosomas sexuales?

Solo sé que nada sé.

«Cuánto más aprendo, más sorprendido estoy», escribe el Dr. Scott Roy en su cuenta de Twitter. Y lo dice en serio, pues es coautor de una investigación cuyo protagonista es el ratón de la pradera (Microtus oregoni), un pequeño y simpático roedor que está desmontando todo lo previamente conocido sobre el genoma de los mamíferos.

Por más de 180 millones de años, los mamíferos han mantenido el mismo sistema de cromosomas. Los cromosomas sexuales determinan el sexo de un individuo. Cada organismo posee un par de éstos. Si ambos son cromosomas X, el individuo es hembra; en cambio, si uno es X y el otro Y, es macho. Es decir, el cromosoma Y determina el sexo masculino,  y el X el sexo femenino.

Hace 50 años, científicos evolucionistas y genetistas notaron algo extraño en el genoma del ratón de la pradera. El número de los cromosomas X e Y no coincidía con lo establecido para los mamíferos pero, los detalles permanecieron desconocidos hasta hoy. Cuando Scott Roy, profesor de la Universidad Estatal de San Francisco, escuchó sobre esto quedó cautivado y pensó que las nuevas técnicas empleadas en estudios genéticos ayudarían a revelar el secreto. Los resultados sin duda son sorprendentes.

Tras las pistas de una desaparición

Su equipo de investigación demostró que el ratón de la pradera posee una anomalía de larga data en los cromosomas sexuales. Primero, en las hembras el cromosoma X no está emparejado con su homólogo; es decir, podríamos representar a estos individuos como X0 en lugar del usual XX. Además, se transmite exclusivamente por vía materna. El hallazgo de por sí es llamativo, pero no queda ahí.

Encontraron que el cromosoma Y se ha perdido y se segrega independientemente. Así, los cromosomas que determinan el sexo masculino son dos cromosomas X. Es decir, estos organismos los podríamos representar como XX. Uno es heredado de la madre, el otro es casi su homólogo, salvo por unas modificaciones. Y por «modificaciones» nos referimos a que el segundo cromosoma X posee genes de un cromosoma Y ancestral. “Los mamíferos, con pocas excepciones, son algo aburridos; y este pequeño roedor es, sin duda, una increíble excepción”, comenta Roy

No es fácil responder cómo los cromosomas X e Y del ratón de la pradera se mezclaron en algún momento de su historia evolutiva. ¿Para qué? Difícil saber, la evolución genera este tipo de extrañezas por casualidad, muchas veces sin objetivo aparente. ¿Por qué? El profesor Roy está decidido a encontrar la respuesta. Según su principal sospecha, son evidencias de lo que fue una reñida batalla entre los cromosomas sexuales para imponerse uno sobre otro.

El autor asegura que “estos sistemas extraños nos dan un asidero para empezar a comprender por qué los sistemas más comunes son como son y por qué nuestra biología funciona como lo hace». Este caso particular, nos dice mucho también sobre el resto de mamíferos, incluyéndonos.

La investigación fue publicada en la revista Science.

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