Como en el mito de Ícaro, los humanos siempre les hemos tenido envidia a los animales que pueden volar. Nuestra imaginación ha creado ángeles alados y contemporáneamente, hemos creado héroes con el poder de surcar los cielos.
¿Será posible que las personas alguna vez evolucionemos con extremidades similares a alas?
La respuesta científica en general es: virtualmente imposible. Incluso para comenzar a evolucionar en esa dirección, nuestra especie necesitaría estar sujeta a algún tipo de presión selectiva que favoreciera el desarrollo de proto-alas, lo cual no es así.
Para desarrollar alas útiles, también necesitaríamos volvernos más pequeños, desarrollar huesos en forma de panal, perder la mayor parte de la masa muscular en nuestras piernas y casi todos nuestros dientes solo para ser lo suficientemente livianos.
Si nuestras alas evolucionaran a partir de brazos, nos volveríamos mucho más torpes y perderíamos el beneficio de nuestras manos. Por otro lado, si crecieran como miembros separados, todo nuestro esqueleto y estructura muscular debería reorganizarse radicalmente durante miles de millones de años.
Fuente: ScienceFocus