No están tan desiertas: las dunas de arena “respiran” vapor de agua

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No están tan desiertas: las dunas de arena “respiran” vapor de agua

Duna en el desierto de Qatar / Pixabay

El desierto no es un lugar tan muerto como se pensaba. Un equipo de investigadores de EE.UU ha encontrado que las dunas «respiran» regularmente pequeñas cantidades de vapor de agua. No fue una tarea fácil, les tomó varias décadas desarrollar la sonda capaz de medir la humedad del desierto. El trabajo fue publicado en Journal of Geophysical Research: Earth Surface.

El estudio, dirigido por el ingeniero mecánico Michel Louge de la Universidad de Cornell, comenzó hace casi 40 años. Los científicos desarrollaron una sonda de alta precisión capaz de registrar cómo las dunas de arena a menudo inhalan y exhalan pequeñas cantidades de vapor.

Una sonda muy sensible

Cuando los vientos fluyen sobre la superficie de la duna, la capa superior de esta se desplaza. Esto produce un cambio rápido en la humedad y la presión de la superficie, por lo que la poca humedad presente en el aire sobre la duna fluye hacia el suelo arenoso.

La sonda cuenta con tanta sensibilidad que puede detectar diminutas partículas de agua en un solo grano de arena. «Esta es la primera vez que se miden niveles tan bajos de humedad», señala Louge. De modo que, el instrumento garantiza una alta resolución espacial y temporal. 

Louge y su equipo instalaron la sonda en una duna en el desierto de Qatar al oeste de Asia. Para su análisis, midieron la temperatura, la radiación y la humedad a su alrededor con una resolución milimétrica en cuestión de 20 segundos. Durante dos días, este procedimiento se realizó cada 2,7 minutos.

Los investigadores compararon esta inmensa cantidad de datos de la sonda con la velocidad y dirección del viento. Ahí notaron la dinámica sutil de la arena: el vapor de agua se mueve a través de los granos de arena. El terreno poroso impulsa la humedad de la superficie hacia abajo o hacia arriba a medida que soplan los vientos y cambia la presión de la superficie.  

Michel Louge
Investigador Michel Louge en Qatar, 2012, colocando las sondas para estudiar las dunas. / Michel Louge

La duna “respira”

El desequilibrio en la presión local producido por los vientos obliga al aire a entrar o salir del espacio entre los granos de arena. “En ese sentido, la arena está respirando, como respira un organismo”, afirmó Louge. Tal dinámica podría explicar cómo los microbios viven dentro de las dunas sin agua líquida disponible. 

Curiosamente, en la superficie de las dunas, la sonda midió menos evaporación de lo que predijeron los investigadores. Para una región tan hiperárida, la lixiviación de la humedad de la duna de arena a la atmósfera resultó ser un proceso químico relativamente lento.

La sonda ayudará a los científicos a medir con mayor precisión cómo los paisajes agrícolas pueden convertirse en desiertos, especialmente ahora, en el contexto del cambio climático. Además, la tecnología podría usarse, por ejemplo, para encontrar este “aliento” de humedad en los terrenos arenosos de Marte.

El hecho de que el desierto parezca muerto en su superficie no significa que no haya vida escondida debajo y estos estudios lo demuestran. Seguramente trabajos similares en otras partes del mundo nos brindarán mayor y valiosa información.  

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