La venus atrapamoscas posee una despiadada y mortal trampa

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La venus atrapamoscas posee una despiadada y mortal trampa

Dioanaea muscipula (Google Images)

Las venus atrapamoscas han cautivado a las personas durante siglos. El mismo Charles Darwin escribió que le parecía una de las plantas más maravillosas en el mundo, en su libro Insectivorous Plants (1875). Dedicó varios años a estudiar el comportamiento de ésta y otras especies de carnívoras. Veamos algunas de las razones por las que Darwin se enamoró de estas plantas.

No asustan a nadie

El saber que una planta se alimenta de carne puede hacernos imaginarlas como grandes y agresivas, pero en realidad son muy pequeñas y delicadas. En promedio, una venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) alcanza 13 centímetros de diámetro. Poseen alrededor de seis peciolos, los cuales tienen en un extremo las famosas hojas come moscas. En los bordes se proyectan unos «dientes» que, al cerrarse la hoja, encajan a la perfección, como cuando entrelazamos las manos.

Carnivorous Plants
La trampa de la venus atrapamoscas vista de cerca. (Palomar College)
¿Dónde viven?

Las venus atrapamoscas son nativas de América del Norte, concretamente de Carolina del Norte y Carolina del Sur, aunque han sido introducidas a otros estados, como Florida. Allá, viven en un suelo húmedo y ácido, característico del sotobosque de la zona. Este suelo no es muy rico en nutrientes esenciales como el Nitrógeno, por eso necesitan de una fuente animal para adquirirlo.  También necesitan mucha luz solar, aman la luz del sol. Suelo húmedo, más sol, más insectos, igual a una planta carnívora feliz.


dionaea muscipula Foto de stock
Dionaea muscipula. (Google Images)
Atracción fatal

Las venus, atraen a los insectos valiéndose de un fragante aroma acompañado por un atractivo color rojo que reviste el interior los lóbulos de su «boca». Al posarse un incauto insecto, ¿cómo sabe la venus que debe cerrarse? No ocurre inmediatamente. El insecto atraído por el néctar y tratando de buscar su fuente, se pasea por el interior de la boca y, sin saberlo, acciona una trampa. Al moverse se choca con alguno de los tricomas (pelos sensoriales), y el reloj interno de la planta empieza a andar. Si otro tricoma no es «accionado» en un periodo de 20 segundos la trampa no se cierra. De ocurrir, con un movimiento relativamente rápido la hoja se cerrará. Este mecanismo evita que la hoja se cierre ante estímulos nada carnívoros como la lluvia, pues su coste de energía es muy alto.

Esta planta carnívora sabe contar - Scientific American - Español
Un insecto está a punto de convertirse en comida, y no lo sabe. (Google Images)
Ácidos y enzimas

Una vez la boca esté bien cerrada, la planta empieza a secretar ácidos y enzimas para digerir a la presa. En su desesperación por salir, el insecto acciona cada vez más los tricomas, generando una mayor producción de enzimas digestivas. Es importante mencionar que las hojas se cierran herméticamente, evitando que entren bacterias durante la descomposición del insecto, lo cual sería peligroso para la venus. Luego de una semana, aproximadamente, la digestión habrá culminado y las hojas se abren. Cada una podrá realizar el proceso sólo un número limitado de veces, 3 ó 4, al ser muy costoso a nivel energético. Posteriormente la hoja morirá y una nueva crecerá.

Cuidado venus atrapamoscas ( Dionaea Muscipula )
Las venus atrapamoscas requieren de bastante luz solar (indirecta de preferencia) para florecer. (Plantas Carnívoras Santiago)

 

 

 

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