Nuevo estudio sugiere que el T. rex no era tan inteligente como se pensaba

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Nuevo estudio sugiere que el T. rex no era tan inteligente como se pensaba

Representación de un Tyrannosaurio rex. / Robotitus

Un reciente estudio liderado por el zoólogo Kai Caspar de la Universidad Heinrich Heine, Alemania ha reavivado el debate sobre la inteligencia del Tyrannosaurus rex. El equipo concluye que este gigante prehistórico no era tan astuto como algunas investigaciones anteriores sugerían, desmintiendo la teoría de que el T. rex pudiera tener un nivel de inteligencia comparable al de los monos modernos. Los detalles del trabajo fueron publicados en The Anatomical Record.

En 2023, un estudio controvertido propuso que el T. rex, uno de los dinosaurios más famosos del mundo, podría ser tan inteligente como un babuino. «La posibilidad de que el T. rex fuera tan inteligente como un babuino es fascinante y aterradora, con el potencial de reinventar nuestra visión del pasado,» explicó Darren Naish, paleontólogo de la Universidad de Southampton.

 

¿Gigantes inteligentes?

Sin embargo, el estudio actual presenta evidencia en contra de esta teoría. El equipo de Caspar encontró que las mediciones del tamaño del cerebro en el estudio de 2023 eran inexactas. Esto llevó a una sobrestimación del número de neuronas que los dinosaurios podrían alojar en su cerebro, especialmente en el cerebro anterior. 

Este error se debe principalmente a que el estudio original asumía que el cerebro del T. rex llenaba la mayor parte del espacio endocraneal, una suposición inexacta en la mayoría de los dinosaurios.

Además, Caspar y sus colegas argumentan que el conteo de neuronas no es un indicador confiable de inteligencia. Como ejemplo, señalan a las aves: durante mucho tiempo se asumió que, debido a su pequeño tamaño craneal, tenían menos neuronas y, por lo tanto, eran menos inteligentes. 

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que aves como los cuervos pueden superar a los primates en ciertas tareas cognitivas, a pesar de tener cabezas más pequeñas. Esto lleva a la conclusión de que factores como los patrones de conectividad juegan un papel más importante en la determinación de la inteligencia que el tamaño del cerebro solo.

 

Mejores estimaciones 

«Argumentamos que no es una buena práctica predecir la inteligencia en especies extintas cuando lo único que tenemos para guiarnos son conteos de neuronas reconstruidos a partir de endomoldes,» dice Casper. 

Según Casper, se requieren múltiples líneas de evidencia, desde la anatomía hasta pistas sobre el comportamiento y más comparaciones con animales modernos, para hacer estimaciones más precisas sobre las capacidades cognitivas prehistóricas.

Entonces, ¿dónde deja esto al T. rex? Aunque indicios recientes sugieren que estos reptiles prehistóricos podrían haber sido sorprendentemente sociales, cazando en manadas, eso no es suficiente para sugerir una inteligencia a nivel de los primates.

«Se asemejaban más a cocodrilos gigantes inteligentes, y eso es igual de fascinante,» concluye Naish. Este estudio no solo desafía las concepciones anteriores sobre el T. rex, sino que también recalca la complejidad de medir la inteligencia en especies extintas.

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